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7. Emociones


CINCO EXPOSICIONES SOBRE LOS ARQUETIPOS PSICOIDEOS



Una vez llegados a este capítulo, es necesario que el lector sea consciente de que se encuentra en una encrucijada. Después de comprender que ni la Historia, ni la Ciencia, ni los análisis de la raza, la lingüística o la economía pueden proporcionarle las respuestas espirituales que está buscando, el lector puede obrar de dos maneras: puede tropezarse dos veces con la misma piedra y volver de nuevo hacia atrás, a la caja roja, o bien puede seguir en su proceso de liberación e introducirse en el plano arquetípico, la caja azul. En este capítulo proporcionaremos orientación que permitirá al virya comenzar a resignar los arquetipos que le mantienen atado a la ilusión mediante la manipulación emocional.
 

LA CAÍDA ESPIRITUAL


En nuestro estado actual, no es posible recordar nada que sea anterior al momento de la caída en el Universo Material. Sin embargo, basándonos en los conceptos de "mirada gnóstica" y "espalda hostil" de los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea, vamos a proponer una alegoría que nos permita comprender la caída espiritual de forma sencilla. Recuerde el lector, y tenga siempre presente, que toda expresión cultural es esencialmente no-espiritual, como ya hemos explicado en el capítulo 6, Hermenéutica. Comencemos con la alegoría:

Supongamos que todos somos Dioses en un mundo que nada tiene que ver con éste. No es un mundo físico, sino un "área" (no existe modo alguno de expresar el no-ser desde el ser) inmaterial carente de límites y determinación espacio-temporal. Como si fuésemos una gran familia, hay dioses jóvenes y ancianos, hay padres e hijos, a pesar de que nadie posee ni controla a nadie. La comunidad está tranquila y feliz, todos los miembros están integrados en sociedad... todos salvo uno, un enloquecido anciano autista, inconsciente de quién es y de quiénes son los demás, perdido en un delirio auto-inducido. Este anciano tiene, al ser un Dios, un gran poder, que lo emplea en crear mundos imaginarios en su mente, en los cuales él es el Dios supremo y controla a las criaturas como si fueran hormigas dentro de una caja.

Los "adultos" o "jefes" de esta sociedad de dioses son conscientes de la situación del anciano, al cual llaman "Demiurgo". Ellos saben de lo peligroso que sería acercarse a este anciano enloquecido y ser absorbido dentro de sus pesadillas. Por ello, aunque no pueden controlarlos, los "padres" advierten a los "niños": "No se acerquen a ese anciano senil, pues posee una magia muy peligrosa y podrían quedar atrapados. Vayan a donde quieran, pero nunca intenten comunicarse con el Demiurgo."

Los "niños dioses" obedecen en un principio, pero la seriedad de los "mayores" les ha fomentado la curiosidad. Esta raza de dioses eternos tal vez es muy inteligente y gusta de comprender todo lo que "ven", investigando con bondad e inocencia. Fatalmente, sea por propia decisión o por una treta del Demiurgo, estos niños un día se sienten atraídos por el peligro de la travesura, y se acercan a observar al misterioso mago... Los padres de los niños llegarían tarde a la escena del "crimen". Se dan cuenta de que las "mentes" de sus hijos han quedado atrapadas dentro de la mente del anciano senil, lo cual los condenaría a vivir indefinidamente en un mundo material, condenados a morir y nacer, a experimentar el dolor día tras día, obligados a matar para sobrevivir, y a sufrir mil locuras y enfermedades. Si estos niños pudieran darse cuenta de que ese mundo es una ilusión, la obra teatral terminaría. Pero no lo saben debido a que al ingresar en ese Universo ficticio se produce un borrado de memoria, y acaban creyendo que ese mundo de plastilina, esa construcción 3D, es realmente el mundo verdadero. Además, se han transformado en "homínidos", habitando un cuerpo animal (regido por un alma o ánima), lo cual les hace incapaces de recordar su Origen divino. Han quedado revertidos espiritualmente, como cuando un virya entra en un estado de coma profundo.

Llenos de furia, los padres se arman de valor y trazan un plan: van a meterse voluntariamente dentro del sueño del Demiurgo para rescatar a los niños como si fuesen un comando militar. Es por ello que la misión divina es una maniobra bélica, una batalla planteada a "muerte", cuya estrategia trasciende la muerte material. Ellos se arriesgan a meterse en un mundo de locura por amor a sus hijos, por amor más allá de la muerte, pues saben que la muerte es ilusoria. No parecería demasiado difícil para los padres ingresar en el Universo, recubiertos de hostilidad para no caer en el engaño sensual del Demiurgo, y después despertar a los caídos. Pero los hijos... ¡Se han enamorado de la materia! ¡No quieren irse! Han olvidado el Origen, han traicionado a su gente y han pactado con el Demiurgo, tomando una forma de "ángel jehovaíta", lo cual, gnósticamente, equivale a un "demonio". La voluntad de los padres es permanecer fieles al Origen y no caer ellos también en la locura... pero, desgraciadamente, el hechizo es tan fuerte que muchos de los padres también ceden al engaño y, como sus hijos hicieron en primer lugar, también caen en la materia y olvidan el Origen.

Los pocos padres que se mantuvieron leales al Origen formarán los ejércitos celestiales, que librarán la Batalla Final contra las Potencias de la Materia desde dentro de la mente misma del Demiurgo, para poder así liberar a todos los espíritus que se encuentran engañados. Cuando la guerra concluya, el dolor terminará, el ejército salvaje de Wotan destruirá este sueño maligno, y cada cual recibirá una reprimenda según lo limpio que mantuviese su Honor, única norma y valor de la comunidad de Dioses. En la Batalla Final, todos los espíritus cautivos despertaremos, incluido el Demiurgo, y retornaremos al Origen de donde nunca nos movimos y a donde pertenecemos eternamente.

Esto es solo una propuesta de comprensión. Tal vez nos equivocamos. Tal vez caímos por traición en una guerra contra otros Dioses. Tal vez entramos voluntariamente para sanar al Demiurgo de su enfermedad. No lo sabemos, no lo podemos recordar. Pero de una cosa no nos cabe duda: todos los espíritus son hermanos y están unidos por el Honor, que no es de este mundo. Todo lo demás, es ilusión. Todo lo que produce la sociedad, los bienes, los títulos, los prestigios, los poderes materiales, la belleza, la inteligencia, la fuerza física... todo ello no es más que mera ilusión, no es más que una red de ceros y unos sostenida por el arquetipo gravis. La simulación desplegada ante nuestros sentidos, tras perder la memoria sanguínea, se convierte en la única realidad que conocemos. A menos que se presencie un "fallo de la computadora" (una violación de las leyes deterministas) o de que se disponga de orientación gnóstica, uno no tiene indicios para sospechar que la realidad física es en realidad una ilusión. Solamente los que tienen predisposición gnóstica observarán esas nubes rojizas de los atardeceres de verano, y absortos en la reflexión se dirán a sí mismos: "Este mundo no parece real... no puede serlo, es demasiado absurdo, no tiene un significado en última instancia". Los otros, la inmensa mayoría, observarán los colorines del cielo y se maravillarán de los milagros del Creador, prefiriendo el placer y el "bienestar" mental en lugar del incómodo estado de lucha constante que asume el que busca la verdad a cualquier precio. Recomendamos ver la película "El Show de Truman" (1998) en relación a esto último, donde se podrá observar una actitud graciosa luciférica (el papel de Jim Carrey desde que comienza a darse cuenta del engaño). Establézcase la relación entre Truman y esta imagen de un antiguo grabado.
 
Universum, Flammarion, grabado, París (1888); versión coloreada de Hugo Heikenwaelder, Viena (1998).

Sin embargo, no todo son malas noticias para nosotros. En esta guerra desigual contamos con apoyo logístico de los camaradas "de arriba": el Graal fue instalado en este Universo y el mensaje de la gnosis primordial fue entregado a los hombres para que los espíritus dormidos vayan despertando de cara a prepararse para la Batalla Final. Solamente la potencia que se libera cuando un espíritu eterno despierta del engaño es suficiente para decantar la guerra en nuestro favor. La liberación de espíritus conlleva el aumento del caos, pues si la sabiduría que contiene cada espíritu desaparece, se deja de poner sentido a los entes culturales. Toda la puesta de sentido desde que se cayó en la materia hasta la liberación constituye una estructura similar a un árbol, desde las ramas (presente) hasta las raíces (pasado), que si se elimina provocaría un colapso en la superestructura cultural que mantiene la ilusión.


  LA CAUSA DEL DOLOR


El sustento en el que se basa la emoción de afecto u odio creada desde la reversión del espíritu a la materia, al no ser saciada, causa dolor. La totalidad de las miradas gnósticas constituiría toda la potencia gnóstica bajo el modelo de Nimrod del "espíritu-esfera". Este espíritu increado, que es eterno e indivisible, se manifiesta normalmente en presente comprensivo (el equivalente verdadero al llamado "libre albedrío"). En la eternidad, los espíritus increados se sostienen por sí mismos en los diferentes "universos" infinitos no determinados (solo podemos comunicarlo así desde el punto de vista humano), donde pueden ser y manifestarse en su individualidad absoluta. Visto desde la gnosis primordial, el estado de pura posibilidad en el Yo Absoluto es revertido cuando se pierde la orientación al centro extraviándose dentro de un sueño.

El Creador de la Ilusión está soñando, y al hacerlo crea un Universo espacio-temporal en el que los recuerdos de las "regiones" increadas son imitados en presente extensivo. Este sueño, creado tal vez por alguna dolencia o enfermedad que lo ha separado del Origen primordial, se basa en el dolor. El Demiurgo ha pasado un umbral de dolor tal que ha terminado por fagocitarlo, siendo ahora incapaz de reaccionar con Honor tras la impureza absorbida por este hipotético trauma de miedo. Este Universo se rige por el proceso dualista de causa-efecto, acción-reacción. El nacimiento creado del Universo es lo que los científicos racionalistas denominan Big Bang, mientras que nosotros lo identificamos con la voluntad creadora del Demiurgo. Todo lo que esté contenido en este sueño, desde el principio hasta el final del tiempo trascendente, terminará invariablemente disuelto en el Caos, o Gran Pralaya. El misterio del dolor del Creador, que es la causa (o tal vez el efecto) de su traición al Origen, ha de ser resuelto y subsanado por los demás espíritus a fin de que despierte de este profundo trance infernal que ha creado su retorcida "mente". Cuando su espíritu finalmente despierte y se haga consciente de la inmensa fantasía que ha creado, todas las formas creadas serán re-absorbidas en su mente con el consiguiente fin definitivo del Universo creado, lo cual parece ser requisito sine qua non para la liberación total de los espíritus esclavizados.

En los reinos eternos existe un centro de orientación de la más alta pureza, el cual la gnosis hiperbórea denomina Dios Incognoscible. La propia palabra lo indica: no es posible conocerlo en el estado en el que nos encontramos. Mientras sigamos "encerrados" dentro de la mente del Demiurgo, lo único que podemos percibir es su paráklito. Estos momentos de gracia se producen cuando el virya realiza actos de Honor, proporcionándole una potencia "extra" para apoyarlo en su batalla espiritual. El "canal" por el cual nos llega esta fuerza es desconocida, pues no es causal, al igual que es desconocido el paradero del Sol Negro del Espíritu (Schwarze Sonne) o el propio Graal Luciférico. Y, sin embargo, si el virya se "concentra en su centro espiritual", es decir, si no se deja mover por los hechos culturales, puede percibir ese astro que no-ilumina, negro como un abismo, frío y solitario, en algún lugar "fuera" de nosotros, tan lejano que parece estar de hecho muy "dentro".

El dolor procede de las emanaciones del Logos Cósmico Demiúrgico, las cuales generan la energía creadora de todas las formas materiales en los diferentes planos de significación. Este logos cósmico contiene a los demás logos (Solar y Terrestre) y toda la red psicoidea arquetípica (Maya) que sostiene toda la super-estructura cultural micro-macro-cósmica de todos los planos de significación. A continuación, un fragmento de los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea:

“TODA PORCION PONDERABLE DE MATERIA ES LA EXPRESION DE UNO O MAS ATOMOS ARQUETIPICOS, O QUANTUMS ARQUETIPICOS GRAVIS, EN CADA UNO DE LOS CUALES EXISTE UN PUNTO INDISCERNIBLE: EN CADA PUNTO INDISCERNIBLE, QUE ES EL MISMO PUNTO EN TODOS LOS ATOMOS DEL UNIVERSO MATERIAL, EXISTE UN PUNTO DE TIEMPO TRASCENDENTE, PRESENTE EN CADA UNO DE ELLOS, DONDE EL DEMIURGO MANIFIESTA SU CONCIENCIA TIEMPO".

“TODO EL UNIVERSO MATERIAL HA SIDO CONSTRUÍDO A PARTIR DE UNA PRIMERA MÓNADA IMITADA INCANSABLEMENTE POR EL DEMIURGO. POR ESO LA CARACTERÍSTICA ESENCIAL DEL DEMIURGO ES LA IMITACIÓN”.

Todos los espíritus que han caído dentro de este sueño no están realmente "dentro" de este Universo Material, sino que sus miradas gnósticas fueron atrapadas a traición aprovechándose de su inocencia. La compasión que nos produjo el espíritu autista soñador Demiurgo fue nuestro "talón de Aquiles", quedando hipnotizados al observarle. Tras sufrir un trauma, el Demiurgo pierde la orientación absoluta y decide crear su propio mundo imitando al Dios Incognoscible. Esta envidia demencial se puede constatar en que se ha manifestado a pueblos antiguos como "el único Dios", al mismo tiempo que oculta cobardemente la verdad más allá de él. Como si de un parásito se tratase, el Demiurgo se alimenta de las miradas gnósticas de los espíritus cautivos, explotando al Vril o Potencia Espiritual para mantener su Creación. Tanto la caída espiritual como la voluntad de sanar la demencia demiúrgica son un misterio de A-mort.

El Demiurgo es incapaz de ser leal y obrar con Honor al Origen eterno, y esto se ve reflejado en la locura de su Creación en la cual todos los entes se depredan entre sí para sobrevivir. Al carecer de valor y lealtad, el Demiurgo se encuentra dominado por el miedo, y, a pesar de la insistencia en querer mantener esta Creación Ilusoria, todo se le acaba desmoronando con el inevitable despertar de los espíritus dormidos, lo cual sucede tarde o temprano. Al dejar de alimentar la fantasía demiúrgica se genera el despertar de este Dios impostor con la consiguiente disolución de su Universo Material. Para lograr esto es tan sencillo como que los espíritus cautivos se den cuenta por medio del dolor de su maldad y le retiren la puesta de sentido, "matándolo" de inanición. ¿Cómo consigue el Demiurgo mantener a los espíritus engañados para que esto no suceda? En el plano de la Humanidad tiene un arma estratégica que se llama "cultura", o "culto", que es lo mismo, y se compone de 4 entes que actúan en la sociedad: Economía, Política, Ciencia y Religión. Cuando un virya despierta, es atacado por la astucia demiúrgica, para intentar ahogar su sabiduría como castigo por querer abandonar su mundo infernal. Solamente los viryas con voluntad de fuego y un corazón helado son capaces de comprender con el signo del Origen a la serpiente y superar todo engaño. Es entonces cuando el guerrero  puede retornar al Origen de donde en realidad nunca se movió.

La emoción más prominente del Demiurgo es la envidia. A partir de esta emoción se desencadena toda la demencia, observándose claramente en la Naturaleza que todo es imitación y plagio, hecho con la plastilina de la materia al no ser capaz el Demiurgo de crear cosas auténticas, cosas no-creadas, cosas que no tengan ni principio ni fin. Su consciencia-tiempo está impregnada de esta emoción, y es por eso que los tipos lúdicos y sacralizantes actúan de tal manera. Son estos tipos los que el Demiurgo favorece y promueve para fortalecer su Obra, de manera que ellos se apremien en concentrar el poder (Sinarquía) y concretar el Gobierno Mundial. El Demiurgo recibe su tajadita en base a un miedo inexistente que infunde a los viryas, alimentándose por medio del arquetipo depredador del hambre y la sed de sangre. Por ello, la puesta de sentido que promueven estos tipos psicológicos le da al Demiurgo la seguridad que necesita para seguir soñando hacia la entelequia de su plan, avanzando hacia su objetivo final.

El sometimiento que sufren los viryas manifestando la gracia del espíritu es fruto de la envidia que el Demiurgo siente al recordarle el Origen. Sin embargo, por mucho empeño que ponga en la creación de un sueño perfecto, siempre le resultará imposible. Esto se debe a que, en su locura de querer apropiarse cobardemente de lo que no puede hacer por sí mismo, el Demiurgo produce dolor a los viryas. La envidia generada por los propios viryas perdidos es un reflejo demiúrgico debido a la influencia de la parte pasú que creó el Demiurgo al miscegenar la sangre espiritual con la sangre no-espiritual. La gracia espiritual, que es el Honor, no fomenta el ansia de arrebatarle el puesto o los bienes a otros, sino la sencillez de carácter y la práctica de la honestidad. Si el virya es capaz de identificar este dolor como ajeno, el mismo dolor (o mejor dicho, la superación del dolor por medio de su comprensión) puede ser la causa del despertar espiritual. El virya, en su orientación, remonta el sendero del tiempo trascendente hacia el punto Tau, que es el principio de la caída del espíritu en la materia. Al comprender a la serpiente con el signo del Origen, el virya revertirá la "esfera" de su espíritu a la normalidad y nuevamente será libre en el Origen.

En el viaje de dolor del virya todas las experiencias son útiles para recordar y fortalecerse, siempre que no se abandone la lucha debido al sufrimiento. La estrategia del enemigo consiste en dañar a los viryas despiertos que estén en alguna vía gnóstica de liberación espiritual. Es por ello necesario despojarse de todo drama (dolor), pues, al perder el miedo, los arquetipos psicoideos son resignados y la muerte es trascendida. El miedo, causante de dolor, es como un parásito que ha de ser cercado y puesto en cuarentena, el cual se destruye a sí mismo cuando no tiene de quién alimentarse. Esto mismo ha de aplicarse para el alma humana, que es la consciencia temporal del Demiurgo. Al cercar esta demencia, obligando al Demiurgo a despertar, todo la Creación se disolverá, liberando a todos los espíritus al tiempo que el Tirano será puesto debidamente en cuarentena.

Este Universo material es un constante crear y destruir, y esa es la esencia de su imperfección. El verdadero Origen eterno es la verdad que no se degrada, justo al contrario de la materia que sustenta el Demiurgo, la cual se corrompe. Los espíritus traidores que se aliaron con el Demiurgo cometieron la máxima falta de deshonor al Origen al enamorarse de la materia. Toda traición al Origen procede de la demencia Demiúrgica que se refleja en los tipos lúdicos y sacralizantes, profanadores de la Gnosis Primordial, manipulándola y ocultándola para que no sea accesible al virya.

El camino del guerrero es solitario. Por lo tanto aquí solo damos una visión desinteresada y que cada cual haga lo que considere más oportuno tras leer este escrito. Para el lector no iniciado en la Sabiduría Hiperbórea, el filósofo Arthur Schopenhauer hilvana con precisión la imposición del dolor y sus efectos en la Humanidad: DOLORES DEL MUNDO.


GESTIÓN DE LAS EMOCIONES

Habiendo llegado a este punto, conociendo la caída espiritual y la causa del dolor, vamos ahora a proporcionar una pequeña guía de gestión emocional que podrá ser ampliada con la lectura de los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea. En el ejemplo trataremos el conflicto de dos viryas, uno orientado y el otro desorientado, pero el virya perdido puede tener un conflicto emocional con cualquier ente del Universo material.

El sujeto frágil respecto al entorno es incapaz de soportar los cambios emocionales externos enfrentados a los suyos. La pérdida de estabilidad que se produce cuando la emoción interna del sujeto reacciona a una emoción externa, implicándose en el drama, se manifiesta en un trastorno anímico. Este desajuste supone un conflicto con su consiguiente puesta de sentido, cediendo la energía psíquica, alimentando a los entes.

En el momento que el sujeto decide alejarse del conflicto el intercambio energético emocional se interrumpe. El drama se disuelve cuando la otra parte no recibe ese aporte energético que considera necesario en la comunicación mutua. Cuando el primer sujeto decide aislarse del conflicto, el segundo sujeto incrementará su aporte energético para intentar alimentarse del drama en la comunicación hasta el punto de la saturación propia. Antes del conflicto, el segundo sujeto ya tenía el trastorno emocional. Cuando finalmente se cansa de insistir, el sujeto retornará al punto de partida, antes de la comunicación. Una vez el sujeto ha agotado toda su energía psíquica, su cerebro entra en un estado de shock, al que le sigue la quietud, y este es el momento adecuado para aprovechar y hacerle comprender, si el sujeto todavía tiene oidos para escuchar, que ese comportamiento no es el adecuado para resolver el drama en el que está implicado.

Si un individuo se mantiene firme en un choque emocional, sin variar su emoción interna, se hace consciente de la fundamental diferencia entre emoción y sentimiento. La emoción es la expresión del sujeto anímico hacia un virya o una situación, involucrándose a sí mismo. La relación anímica hacia la persona o cosa será de afecto u odio según sea la característica del patrón arquetípico y la cercanía que se mantenga con él. Esta relación repercute en el sujeto al tomar parte en el conflicto del drama, sea de forma amigable u hostil, lo cual lo saca del centro de sí mismo.

El sentimiento, en cambio, vendría a ser el hecho de observar la situación del sujeto o cosa sin que las emociones externas y la razón intercedan con las emociones del individuo. En este caso somos una parte espectadora capaz de no interiorizar en el sentimiento las perturbaciones emocionales del exterior, evitando dañinas repercusiones emocionales o físicas. De este modo se consigue crear una zona aislada del entorno, donde los sentimientos internos no son perturbados, en la cual, si no lo permitimos o no se nos crean grietas por ciertos traumas emocionales o problemas a superar, no entrarán conflictos externos que nos perturben el estado interno respecto al exterior. En este caso se podrá ser justo en las situaciones más complicadas, ya que el punto de vista de la situación será objetivo sin involucrarse en el conflicto de los partícipes, pero siendo consciente de ello. Al no tener la necesidad de dar o quitar energía psíquica desaparece la necesidad de ser postor de sentido a Maya, y, al no alimentar el conflicto, este arquetipo queda resignado. Por lo tanto, si fuera hostil hacia nosotros, actuaremos en defensa propia sin que el conflicto nos afecte.

Para llegar a tener el control de las emociones hay que tener en cuenta que todos los miedos conscientes o inconscientes tienen que estar resignados. Dando por hecho que los miedos en el consciente han sido resignados, hay que sumergirse en la sombra  del inconsciente para llevar luz a los miedos que no conocemos, para emergerlos al consciente y así poder resignarlos. Al ir escarbando y resignando cada miedo descubierto con voluntad, irán saliendo los demás miedos, uno tras otro, para ir resignándolos y revertir esas miradas gnósticas perdidas hacia el centro del Yo mismo. El miedo es definitivamente superado y las emociones no vuelven a perturbar el interior del individuo. Según la Sabiduría Hiperbórea, cuando se consigue cercar las emanaciones del alma, impidiendo que nada del exterior o el interior lo saque de su centro de acción, se dice que el individuo tiene la facultad de controlar las emociones en su propio beneficio de retorno al Origen primigenio del presente comprensivo.


LA FAMILIA COMO GARANTE DE LA CREACIÓN 


El arquetipo familia es el garante de la Creación. Sin la continuidad de nacimientos que proporciona  el mecanismo social de formar una familia, la Creación se vería en graves desequilibrios que podrían provocar una intervención forzosa. Esto puede entenderse fácilmente si nos fijamos en el sistema capitalista: es necesario engendrar niños para que, cuando crezcan, paguen las pensiones de los padres, que en ese momento están trabajando para pagar la pensión de los abuelos de dichos niños. Cuando estos abuelos mueran, y los padres se conviertan en abuelos, los niños pasarán a ser adultos trabajadores y sus hijos serán los niños que trabajarán cuando sean adultos para pagar la pensión cuando dichos adultos sean ancianos. Esto se repite en un bucle infinito. En el momento en el que una generación no sea capaz de pagar las pensiones de sus mayores, se producirá una ruptura social que derivará en guerra civil, hambrunas, paro masivo o cualquier otro tipo de conflicto social.

La familia, en su mínima expresión, se compone de una mujer, un hombre, y un descendiente, sea este hombre o mujer. La madre representa la materia, el amor caliente, la energía, la animalidad. Es lo que los hebreos denominan Binah. El padre, en cambio, representa al Demiurgo, y cumple un papel de dueño, amo, dictador de conducta y moldeador del pensamiento. El objetivo es que ese descendiente, aún por programar, llegue a convertirse en su edad reproductiva bien en una madre o bien en un padre. Para evitar que el virya trate de liberarse del determinismo biológico y social, existe una gran cantidad de mecanismos psicológicos que deben ser enfrentados para obtener la independencia total. La familia actual está diseñada para ceñir al virya al estilo de vida del Pacto Cultural. Cuando el virya se desvía de este camino, los arquetipos poseen a los progenitores, aunque también se producen posesiones en descendientes y hermanos o primos. Los sujetos son invadidos por una sensación de terror emocional que los fuerza a actuar en contra de lo que habitualmente ellos considerarían "razonable" o "normal". Es posible que los familiares, mientras están fagocitados, alberguen pensamientos absurdos en sus mentes, incurriendo en contradicciones o alucinaciones, lo cual no recuerdan o no perciben como tal una vez que abandonan la fase de posesión.

La mejor manera de lidiar con estas situaciones es permanecer impasible ante las emociones que se proyectarán sobre el virya gnóstico. Es vital no participar del drama con el que quieren cercar al virya a fin de desorientarle y hacerle caer en una trampa. Hay que observar cómo los arquetipos funcionan en su proceso de acoso sin ofenderse o temerlos. Lo más importante es tener siempre presente que todos los ataques del arquetipo familia van siempre enfocados en ATAR al virya, sea de la forma que sea. Todo esfuerzo arquetípico será encaminado en evitar que el virya tenga libertad, sea económica, emocional, física, política, o de cualquier tipo. La manera de vencer al arquetipo familia es conquistar la independencia en todos sus aspectos. Para ello, el virya habrá de enfrentarse a fuertes emociones que tratarán de acobardarle durante su lucha. Para conseguir desarmarlas, el virya ha de mostrar una actitud graciosa luciférica, lo cual por sí sola torna las emociones en ridículas enajenaciones. El virya que sucumbe a las agresivas emociones del arquetipo familia ve el conflicto y a los sujetos en los que se manifiesta como un enorme problema que parece insuperable a menos que se arrepienta y vuelva al redil. En cambio, el virya que está firme en su convicción verá a los sujetos anímicos que tratan de controlarle como hormiguitas inseguras que corretean a su alrededor, con la vana esperanza de "hacerle entrar en razón", es decir, que vuelva al redil. No se trata de odiar a la familia, pero tampoco de apegarse a ella. Se trata de mantener una relación amigable pero sin ataduras emocionales ni de ningún tipo. Lo óptimo en este aspecto sería mantener una relación saludable con todos los miembros de la familia, al mismo tiempo que estos respetan la absoluta soberanía del virya en cuestión. Sin embargo, existen familias especialmente maltratadas por los arquetipos, y en casos extremos la mejor opción del virya es la de apartarse sin violencia del entorno familiar y buscar su independencia en otra parte.

Ahora es el momento oportuno para exponer un detalle capital en la comprensión del arquetipo familia: cuando un virya tiene un descendiente, el primero siempre verá al segundo como su "retoño", su "criatura", aunque pasen décadas, negándose a reconocer que ya no está tratando con un niño sino con un adulto. Cuando el virya descendiente acepta cumplir el rol de hijo, le supone una limitación, pues siempre obrará de acuerdo a lo que su progenitor apruebe o desapruebe. Esto mantiene al yo dormido, no dejando que despierte la individualidad. El virya con el corazón helado desactivará el karma que sus padres le han legado para que no le salpique nunca más, evitando así que siga pasando de padres a hijos. Si no consigue hacerlo, este patrón kármico será el rector tanto de pareja como de amistades perpetuando así los lazos afectivos kármicos. Aunque ya no viva con sus padres, el virya no será "independiente", sino que estará atado de nuevo en otro entorno afectivo. ¿Qué determina la particular programación que el virya condicionado seguirá en el futuro? Las carencias afectivas durante el crecimiento, ya sea por parte de madre o de padre, o ambos, o tutelados por otras personas ejerciendo de padre y madre, darán lugar a que el virya busque subsanar estas carencias mediante una relación con otro virya. Si se quiere tener una pareja pero evitar caer de nuevo en el conflicto que produce el arquetipo familiar, es necesario haber previamente resignado el karma en su totalidad para así efectuar la elección con libertad, y no determinado por la mecánica psicosocial.

Lo mencionado en el párrafo anterior será determinante en la relación entre viryas que buscan orientarse. Cuando un virya se encuentra con otro en el camino gnóstico pueden darse dos circunstancias, dependiendo de la comprensión en el acto comunicativo: que exista conexión de sabiduría desde el presente comprensivo, o que haya conflicto emocional desde el presente extensivo. Esto se debe a que no todos los viryas tienen el mismo grado de orientación. Cuando un virya menos orientado se relaciona con otro virya más orientado, los actos de Honor del segundo funcionarán como un mecanismo de resorte sobre el primero, desencadenando el cuestionamiento de ese sustento que el primer virya creía que era firme. Dependerá del virya menos orientado comprenderlo para revertir esa mirada gnóstica orientada hacia afuera, o bien rechazar la comprensión polarizándose emocionalmente. En el segundo caso, el virya dejará de discernir esa coincidencia u oportunidad que se le presentó para poder comprender. Como es evidente, el virya ofendido cortará la comunicación alegando que él es el que está orientado, y no el otro. Tarde o temprano, el virya desorientado volverá a pasar por la misma experiencia en distintos escenarios a menos que reflexione sobre su conducta. Debido a que ese resorte ya fue tocado en su día, este virya repetirá una y otra vez el mismo patrón hasta que, por causa del dolor, termine eliminando aquello que le es ajeno y está ubicado en el inconsciente, o esfera de sombra.

Ahora resaltaremos la diferencia entre la hostilidad emocional y la hostilidad esencial. En la hostilidad emocional, el virya, que está dormido, se implica emocionalmente en los conflictos, polarizándose en la dualidad del amor y el odio. El yo impostor del alma creada se manifiesta desde el sujeto consciente, siendo postor de sentido del drama ilusorio en el tiempo trascendente. De este modo, el virya evoluciona inconscientemente por medio del dolor y el sufrimiento en presente extensivo.

Por otra parte, la hostilidad esencial del virya despierto surge de la predisposición gnóstica propia de la actitud graciosa luciférica. Los conflictos son observados desde el fuego frío, sin implicarse emocionalmente en ellos. Cada conflicto de drama superado con hostilidad esencial es una mirada gnóstica que se revierte hacia el centro de sí mismo. Mediante el murmuro de su sangre pura el virya recuerda que todo es ilusión. El Universo Material es el escenario de un drama, un espectáculo teatral de arquetipos psicoideos ilusorios, en el cual el virya perdido está obligado forzosamente a ser un actor sin darse cuenta. El virya, si quiere retornar al Origen eterno de su espíritu increado, ha de enfrentarse a las Potencias de la Materia con el fuego frío.

Finalmente, queremos recordar al lector que estas pautas que ofrecemos no son un programa budista, hinduista, o cualquier rollo tipo New Age, que tienen como finalidad limpiar el karma. Nuestra intención no es esa, sino que es la integración del arquetipo familiar. La cuestión principal es que se ha de haber aislado el Yo para comprender en su totalidad la resignación del arquetipo familiar. El acto de resignar los arquetipos es una premisa  necesaria para purificar la sangre con el objetivo de ampliar el caudal de memoria sanguínea de nuestros antepasados, en un camino que va hacia atrás y no hacia delante en el tiempo trascendente, revirtiendo todas las miradas gnósticas en el centro del Yo aislado, completando el Yo mismo o selbst.


LA DIFERENCIA ENTRE EL HOMBRE Y EL MONO


Se dice que un sabio visitó una región en la que los monos son muy abundantes, al punto de formar parte de la vida diaria de las gentes, tanto de las clases bajas como de las altas. Los monos son allí un animal sagrado, al punto de ser más valorados que los mismos Dioses del panteón naturalista de los lugareños, que de todos modos está relacionado con los monos: la Lluvia que moja los monos, el Sol que calienta los monos, el Viento que refresca los monos... casi se podría decir que los monos, llevando unas vidas sin sentido ninguno, son los gobernantes de la denominada Región del Mono, pues sus habitantes se pliegan a sus deseos. Si al mono le pica esta parte del cuerpo, o al mono se le antoja tal o cual comida, el asunto se convierte en una prioridad a la que se dedican esfuerzos y recursos. Los monos campan por doquier, todo está lleno de suciedad, y producen día y noche un clamor infernal a base de aullidos e instrumentos musicales comprados con los impuestos extraídos de los lugareños.

La cultura oficial era la que los monos producían, con ayuda, por supuesto, de sus intérpretes, los Sacerdotes del Mono. Los campesinos eran obligados durante horas a observar y adorar a los estúpidos monos. Esto debía llevarse a cabo todos los días, sin excepción, pues aquél que osara disentir era etiquetado como "antimonita" o "monófobo", que es lo peor que le puede ocurrir a un habitante en la Región del Mono. Los disidentes son castigados con multas y penas de cárcel, además de que su progenie es raptada, violada e internada en los Campamentos del Mono, donde son "invitados" a convivir con monos, para que puedan ver lo maravilloso que es vivir en la Región del Mono.

A todo esto hay que sumarle que estos monos pueden portar armas, a diferencia de los habitantes de esta región, los cuales tienen prohibido absolutamente todo lo que pueda usarse en legítima defensa, y no les está permitido portar un utensilio a menos que pueda demostrarse que iba a ser usado de manera concreta para un oficio o labor. Como imbuidos por un egrégoro colectivo, la psique de los monos está dominada por un sentimiento generalizado de odio hacia el hombre, que perciben como un "intruso en su territorio", a pesar de que dichos monos proceden de otra región. Los monos se han organizado en pandillas que, si bien durante la mayor parte del día (en la que comen, copulan, y se dedican a sus juegos) son inofensivos siempre que no se les moleste y se les proporcione lo que quieren, por las noches organizan pandillas con la única intención de pasárselo bien provocando el malestar constante de la población.

Ellos, tras mantener estas conductas durante años sin reprimenda, lo consideran a día de hoy algo ordinario y hasta aceptable, por lo que convertir las calles en un auténtico infierno lo ven casi como un deber. Son, en palabras de los trabajadores del lugar, como una plaga lanzada sobre ellos. A consecuencia de la impunidad de los monos, se ha impuesto un auténtico reino de terror sobre los infelices y piadosos lugareños, hasta el límite de valer más la vida de un infecto mono que la de un ciudadano trabajador y honesto. Los doctores son empleados en curar y tratar a los monos, mientras que los campesinos sufren todo tipo de calamidades. En ocasiones pasan hambre, pero está prohibido bajo graves penas utilizar la reversa de comida para los monos. En resumen: las leyes están hechas no a la medida del hombre, sino a la medida del mono, confeccionada por los Sacerdotes del Mono.

El sabio observó con asombro los usos de aquellas gentes, tan llenas de temor hacia los símbolos sagrados. Tras indagar entre la población campesina, descubrió que ese estado de cosas había sido propiciado no por los propios monos tras una guerra en la que estos habrían vencido, sino muy al contrario, los propios hombres se habían dotado a sí mismos de semejante sistema de gobierno. Su manera de contar los años se basa en el supuesto inicio de la Era del Mono, pero nadie recuerda en qué año se consideraba que estaban antes del cambio de calendario, y preguntar estos asuntos es pecado, pues son misterios vedados a todo aquél que no forma parte de los Sacerdotes del Mono, la clase social más poderosa en la región. A los lugareños se les había convencido de que este nuevo orden de cosas era mejor que el anterior porque los campesinos son "muy perversos, malvados, unos antimonitas", y que si queremos la igualdad en la sociedad, así deben ser las cosas.

El sabio permaneció allí el tiempo justo y necesario para comprender la naturaleza de semejante locura. Poco después, se recluyó durante días en el monasterio de la región contigua para reflexionar sobre lo que había presenciado. Cuando salió emitió las siguientes lecciones:

- Si quieres destruir una ciudad, arma a tus mejores hombres. Si quieres que una ciudad se destruya a sí misma, arma a sus peores monos. Dime para quién legisla un gobierno y te diré quién les controla.

- Se puede medir la pureza de un pueblo por su memoria. Un pueblo que no es capaz de recordar más atrás del oscurantismo cultural es un pueblo impuro. Un pueblo que no tiene pasado no luchó a muerte, sino que escogió la cobardía con su consiguiente olvido. Esto constituye una traición. El pueblo impuro es aquél pueblo que prefiere vivir unas cuantas decenas de años como esclavo a morir en el acto por su ideal, y para ello vende su eternidad. La traición es ignorancia, y la ignorancia es traición.

- Si hueles como un mono, eres un mono. El olfato es ahora el sentido más valioso, pues en esta época las gentes ya no escuchan y crean constantemente una vibración infernal. Ciertos pueblos huelen distinto, y esto hace que sea posible identificarlos aunque se camuflen con el aspecto del pueblo que pretender destruir.

- Si comes como un mono, eres un mono. Los monos no reflexionan acerca del acto de comer: solo comen porque se lo dicta el arquetipo hambre, el cual además les dicta cuándo, aunque la ocasión no sea propicia. El mono no sabe distribuir la comida: come hasta que está saciado, aunque al día siguiente haya de pasar hambre. Esto es así en todas las sociedades en las que los monos han sido conferidos derechos propios de los hombres.

- Si actúas como un mono, eres un mono. La población ha olvidado cómo era aquél tiempo pasado en que el hombre era dueño de su destino. En su confusión, la diferencia entre mono y hombre se ha diluído, y muchos hombres han adoptado costumbres propias de monos. El pueblo que no comprenda qué es un hombre y qué es un mono, de manera diferenciada, es un pueblo de monos, no de hombres.

- Solo un mono mira a otro mono. Si miras a un mono, eres un mono. Una mira hacia donde quiere llegar, o hacia lo que quiere llegar a ser. Los monos quieren seguir siendo monos. Están muy contentos siendo lo que son y haciendo lo que hacen. En cambio, el hombre mira hacia los Dioses, pues él mismo quiere volver a ser un Dios. Los pueblos que desdeñan al mono, y que incluso lo reducen por la fuerza si es necesario, y que centran sus esfuerzos en mirar hacia los Dioses, ese es un pueblo de hombres puros. Esto es tan válido hoy, como para ayer y como para mañana, hasta el día en el que no existan monos sobre esta Tierra. Ese será un día trágico para las fuerzas de la Naturaleza pues habrán perdido a su hijo mamífero: el mono. Ese día será también un día memorable por la violencia que se desatará, y será tan fugaz como un parpadeo.

 "La espiral: el símbolo sagrado del pasú. La evolución en el tiempo trascendente siempre termina de la misma forma: en un Holocausto de Fuego."