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5. Hermenéutica


LA LABOR HERMENÉUTICA, LA ENSEÑANZA MAYÉUTICA, Y LA DISTORSIÓN CULTURAL DEL MENSAJE ESPIRITUAL


Este capítulo es una reflexión sobre el hecho comunicativo, sobre el propio acto de comunicar. El discurso será hilado en torno a la importancia del sentido particular que se le da a las palabras cuando se diseña un texto para la orientación del virya perdido (usted, el lector). El objetivo que perseguimos enviando este mensaje se estructura en tres etapas:

1. Expresamos cultura en un lenguaje determinado (en este caso, el idioma español) de manera clara y unívoca, con la intención declarada de conseguir que el virya perdido reflexione sobre los hechos del Mundo y su situación existencial.

2. La información que el lector procesa cognitivamente da lugar a una comprensión individual y privada que se manifiesta en una escala provisional de valores axiológicos discriminatoria. Es lo que se conoce como "pensamiento crítico".

3. Debido a la influencia gnóstica de los capítulos de este blog (redactado bajo el amparo místico de la obra de Nimrod), dicha escala provisional de valores axiológicos, tras ser aplicada sobre los hechos culturales de manera individual y crítica, terminará tarde o temprano por derivar en una ética noológica. El individuo se embarcará finalmente en la lectura y comprensión de la Novela Mágica y los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea.

En el punto 3, puede considerarse que el lector ha tenido su primer despertar. Ha escuchado la "llamada sin sonido", y procederá a volcar su predisposición gnóstica en la re-absorción de la Gnosis. Solo se aprecia el saber como herramienta útil para la "fuga", siendo el conocimiento cultural, el conocimiento mundano, un lastre que nos impide escapar y del que tenemos que desembarazarnos. Para lograr nuestro objetivo final, que es recuperar la libertad espiritual, es posible que se requiera una previa libertad nacional, constituyendo entonces una estrategia de liberación colectiva como lo fue el nacionalsocialismo germánico, el justicialismo argentino, o el catarismo occitano. Si la estrategia de liberación es individual, la hermenéutica se producirá entre el individuo y la divinidad, es decir, será "directa". Si, en cambio, la estrategia pasa a ser colectiva, la hermenéutica se vuelve "indirecta", con intermediarios entre el hombre y la divinidad, labor realizada nefastamente por la casta sacerdotal durante largo tiempo.

El gnóstico desprecia la ética deontológica lúdica y la ética teleológica sacralizante por completo, y, con su ética noológica, solo reconoce un valor: el Honor. El Honor implica saber, y saber implica Honor. Ambos implican Lealtad, lo que fue sintetizado en el conocido lema de las SS: meine Ehre heißt Treue, o "mi Honor se llama Lealtad". El único valor (o la ausencia del mismo) que reconoce el gnóstico es el Honor, que implica todo lo demás. A medida que discurre el tiempo trascendente (o conciencia tiempo del Demiurgo, que es lo mismo) la ética noológica se ve reducida por la presión telúrica, impidiendo el recuerdo de sangre. Es por ello que el futuro siempre es peor, y cualquier tiempo pasado fue mejor, dependiendo también de la zona en la que se encuentre el sujeto respecto de la Ruta del Kaly Yuga. Ahora el lector puede, pensando por sí mismo, comprender la conspiración del "progreso" en todas sus facetas (político, económico, religioso o científico). En las sociedades occidentales, la subversión de los valores caballerescos en favor de los anti-valores sinárquicos ha sido denominada con bastante acierto "marxismo cultural".

Comenzaremos la argumentación con una aseveración contundente: toda expresión cultural referida a la Sabiduría Hiperbórea por parte de un virya que no haya transmutado en Siddha (o Dios, o Espíritu Absoluto) siempre va a tener un factor desorientador ineludible. Si hubiéramos de establecer un porcentaje de "desorientación estratégica" que implica la expresión de los conceptos propios de la Sabiduría Hiperbórea en un lenguaje humanamente comprensible (ya sea usando el alfabeto español, en caracteres chinos Hanzi, en método Braille, en código Morse, en ondas electromagnéticas interpretables mediante un aparato...), el rango variaría entre el 1 y el 99%. De esto no escapa ni siquiera el Pontífice, Nimrod de Rosario, con la diferencia que el porcentaje de "desorientación" producido por esa "labor hermenéutica" ejercida por el Pontífice tiene un margen mínimo, muy ajustado, que se manifiesta en el alto detallismo estratégico con el que las fibras de la Novela Mágica fueron tejidas. El margen de mácula del 0% solo lo puede lograr un Siddha con el microcosmos transmutado, pero es que justamente un Siddha no necesitaría codificarte ningún mensaje. No existen mensajes codificados al 0%, es un oxímoron. Un mensaje implica un código. Si este mensaje es propiciado mediante el paráklito, que mencionamos más abajo, se trata de hermenéutica directa. Si existe mensaje codificado, necesariamente es hermenéutica indirecta, y por lo tanto, a su vez, el mensage estará necesariamente sucio en un porcentaje. Un Pontífice Hiperbóreo es el más indicado para elaborar la hermenéutica indirecta, ajustando el margen al mínimo. 

El lector, si se trata de uno de los muchos viryas que con Honor tratan de expresar su sabiduría en forma de textos mediante Internet, puede que se pregunte: "¿Cómo podría yo reducir ese inevitable margen de pérdida de pureza comunicativa de las certezas espirituales?" Con este capítulo no estamos instando al virya a que busque la manera de reducir el porcentaje de desorientación de sus textos, sino a que comprenda el por qué del hecho de escribir. Pondremos el ejemplo más evidente: el del Pontífice. Algunos sospechamos que sus obras han sido manipuladas u ocultadas. Desconocemos quiénes fueron los encargados de velar por su legado, pero desde luego está claro que no solamente no tenemos certeza de que su "familia" no sean actores, sino que tampoco tenemos certeza de qué obras él quería que se publicaran o no, ni a quiénes él quería nombrar, digamos, "protectores", o "transmisores" de la Sabiduría Hiperbórea en Sudamérica. Todos sabemos, además, que el propio typing o tecleado de los textos se haya plagado de faltas ortográficas, así como de expresiones argentinas que a veces no son totalmente comprensibles para los viryas hispanoparlantes de otros países. La cuestión es, ¿hacía falta corregir esos detalles o no? ¿Acaso no hubiera sido lo ideal haber contratado a un argentino cordobés catedrático de chino o de inglés, para que realizara, previa iniciación, una traducción fidedigna? ¿O tal vez en alemán, o en griego, o incluso en ruso? De lo que uno se da cuenta, dejando a un lado el aspecto del ocultamiento y la farsa, es que estos libros tienen un fin estratégico sumamente importante. ¿Por qué ahora aparece de nuevo este conocimiento? ¿Por qué no al caer el Telón de Acero? ¿Por qué no tras el 11/S? ¿Por qué justamente en idioma español?

Antes de volver de nuevo con la Hermenéutica, queremos advertir a los viryas, como ya indicamos en el Inicio, de los peligros que conlleva buscar información en internet sobre la Sabiduría Hiperbórea. No se dejen influenciar por la manifestación cultural de otros. Si es necesario, paren completamente de consultar páginas web. Céntrense en su interior, sigan solo lo que sientan que es verdad, y no se fíen de absolutamente nadie. Ni de nosotros, ni de su propio sujeto anímico. Como dijimos, todo texto tiene su grado de desorientación. ¿Cuál será el de este? No lo sabemos, pero sí sabemos que no está redactado con inteses lúdico-sacralizantes. Nosotros buscamos la verdad desnuda, aunque duela. Es muy cómodo reunirse en un evento social y lanzar discursos rimbombantes sin respaldar la palabra con los actos. La comodidad ha de ser sustituida por la acción. El calor del grupo puede terminar por convertirse en una adicción.

Sigamos hablando ahora de la Hermenéutica. Tal vez alguien se pregunte por el significado de esta extraña palabra. Como truco mnemotécnico (para memorizarlo), recuerde el lector al Dios Hermes, aquél que fue representado culturalmente como un joven con sandalias aladas y el caduceo kundalínico en la mano, cuya función en el panteón griego (enmarcado en el Pacto Cultural) era la de servir como mensajero, entre otras cosas. ¿En qué sentido puede un Dios ser mensajero? ¿No son los Dioses omnipotentes y pueden expresarse de la manera que les plazca? Sí pueden, pero los espíritus perdidos en las regiones inferiores (donde estamos viviendo) no lo entenderían. ¿Qué es entonces la Hermenéutica? Es la habilidad de "traducir" los mensajes divinos de manera que los humanos puedan entenderlos, sin que (muy importante), se desvirtúe demasiado el contenido del mensaje, sabiendo de antemano que, al menos, ese 1% va a ser desvirtuado.

Si profundizamos en ella, nos daremos cuenta de que la figura de Hermes hace referencia a un antiguo Pontífice Hiperbóreo. Además de la interpretación en lenguaje humano de la voluntad de los Dioses, Hermes cumplía para los antiguos pelasgos la función de llevarte de un lado a otro del "velo", siendo el Dios del transporte y los viajes astrales. Del mismo modo, Nimrod está cumpliendo la función de "llevarnos al otro lado" cuando, con su expresión escrita, consigue provocar en el lector el recuerdo de la sangre pura. La lectura de su obra translada al lector del presente extensivo al presente comprensivo, haciendolo partícipe de la mística en el Cordón Dorado. La expresión escrita de todos los viryas, sin excepción, tiene un rango desde ese inevitable 1% de suciedad hacia arriba, hasta el porcentaje de orientación que el virya haya logrado, en proporción inversa. Ahora haremos referencia no a la comunicación entre un Siddha y un virya, sino entre dos viryas. En una entrevista de Carlos Castaneda a Don Juan Matus, el brujo hace referencia a la "claridad" que, recientemente adquirida, puede "cegar" al virya. La base de la comunicación es la cooperación de ambas partes, tanto del emisor como del receptor. A los que están atrapados en el fondo de un pozo, los de arriba les pueden arrojar migajas de pan o les pueden facilitar una soga para que escalen. Esta es la diferencia que determina un factor que denominamos ARROGANCIA. Todos podemos cometer arrogancia por lo que merece la pena describirlo. No se trata de la conducta temeraria de aquél que se sabe indestructible, ni del desprecio del guerrero espiritual a todo aquello que se interpone en su camino hacia el Origen. Se trata más bien de ese "cegamiento" de cuando uno se vuelve poderoso y se "empacha" de sus nuevas capacidades.

Pondremos un ejemplo para ilustrarlo: imaginen un veterano maestro alpinista que ha aceptado enseñar a escalar a un inexperto joven cuyo deseo es ser capaz coronar cualquier montaña por grande que sea. El joven, aunque muestra talento para superar los obstáculos, no tiene la suficiente fuerza en sus brazos como el fornido maestro, curtido en mil ascensos. Sucede que, en un momento dado, bajo una gran ventisca, al joven le resulta imposible llegar hasta el punto siguiente, donde se haya su maestro indicándole que suba. El joven, que ya en otras ocasiones se enfrentó a abismos difíciles de sortear, pero que, con fuerza de voluntad y decisión, y espoleado por las duras pero motivadoras palabras de su maestro, logró superarlos aun cuando pensaba que no sería capaz. Sin embargo, esta vez es diferente. No existe posibilidad de volverse atrás sin morir de frío o inanición, y realmente no parece posible llegar al próximo saliente de roca, pues la distancia a salvar es excesivamente grande. A pesar de ello, el joven se arma de valor y se lanza al abismo. El maestro, observante en todo momento, alarga la mano en el momento preciso para evitar la caída del discípulo, y le sostiene el tiempo suficiente como para que pueda agarrarse al saliente y ascender el risco. De ese modo, el joven ha aprendido que lo importante no es si llegas o no llegas por tí mismo, sino la acción heroica de saltar al vacío. Lo noológicamente correcto no es especular de si se vivirá o se morirá, sino mantenerse firme en la determinación de la misión encomendada. Si uno, como es común cuando se habita un cuerpo humano, no parece capaz de realizar una hazaña, debe aun así hacerlo de todos modos, convencido de que los Dioses reconocerán su acto de Honor y le proveerán de una solución. Este acto, el cual observado externamente tiene el aspecto de una actitud suicida, supone una muerte psicológica. El sujeto anterior al salto vivía condicionado por sus miedos, mientras que la nueva individualidad adquirida tras el salto carece de miedo a la muerte o a cualquier ente mundano, pues ha accedido a la negrura infinita al salirse de los entes creados. Dicha muerte psicológica constituye una "muerte iniciática".

Así pues, ¿dónde se haya la arrogancia en esta historia? La escena que hemos descrito retrata una situación de Honor, en la cual el discípulo confía plenamente en el maestro. Donde existe una unión mística de Honor, no puede existir la arrogancia. Por lo tanto, la arrogancia no se puede entender positivamente, sino negativamente. La arrogancia es una falta de Honor que consiste en la ausencia de lealtad al camarada. Un maestro arrogante tal vez habría permitido al discípulo despeñarse, pues podría considerarse a si mismo un "gran maestro" que no debe "manchar su reputación" enseñando a un discípulo incapaz de salvar ese abismo. La arrogancia surge al ignorar la esencia que hay detrás de los conflictos humanos. Debido a que el salto del que estamos hablando es de tipo metafísico, ha de entenderse que la ayuda in extremis que proporciona el maestro es en realidad una canalización del PARÁKLITO, o rescate divino, facilitado por una instancia superior. El maestro arrogante no reconocería la naturaleza metafísica de una muerte iniciática, bloqueando de ese modo la intervención divina. Si donde no hay Honor no puede haber mística, y donde no hay Honor surge la arrogancia, entonces donde la arrogancia es un valor ético-psicológico respetado, no puede existir una mística. Tras ese auxilio propiciado al límite de la condición humana, fruto de la unión carismática maestro-discípulo, el discípulo es capaz de continuar su proceso de purificación.

Que cada uno sepa si se está excediendo en sus exposiciones y con qué fin escribe lo que escribe. ¿A donde queremos llegar con esto? Como bien sabemos, pero no siempre tenemos presente, la cultura es el arma estratégica del enemigo. Cuando nos queremos comunicar (que, recuerdo, es un acto de dos) con un virya con menos nivel de orientación que nosotros, la mejor arma a emplear si queremos orientarlo es sin lugar a dudas la MAYÉUTICA. En este caso, educar no es acumular conocimientos y compararlos, sino que se trata de una educación inversa. No se trata de acumular conocimientos, sino de hacer limpieza hasta llegar al vacio (Tao). En este método se parte del principio de que el virya ya tiene dentro de sí el recuerdo de lo Increado y solo es necesario hacerlo aflorar al nivel del sujeto consciente. ¿Qué supone esto cuando el virya, como el maestro alpinista del ejemplo, es un virya de conocimientos más avanzados? Supone inevitablemente tener que usar un vocabulario más sencillo dentro de frases más simples. Si alguien considera esto deshonroso, algo así como un insulto a la intelectualidad, o el óbito del "buen gusto", se debe a que es un virya fagocitado por los arquetipos que rigen el "status social", y se creen más importantes de lo que son en realidad.

Recordemos lo que dijimos acerca de la Hermenéutica: todo mensaje divino que baja al nivel humano ha de mancharse inevitablemente. Ese intento sacrílego de pretender convertir las runas en un mero alfabeto por parte de algunos "neo-paganistas" produce engendros culturales desorientativos. Es muy fácil que el conocimiento sea tergiversado y usado con fines satánicos, por lo que, a la hora de realizar ese "descenso" del maestro hacia el alumno, ese "estirar la mano" para, de un tirón, subirle hacia arriba y que pueda continuar el viaje, se ha de tener mucho cuidado de no cometer lo que denominamos DESCUIDO, que también puede transcribirse como "falta de alerta". Esta es nuestra definición: el descuido se produce debido a una falsa sensación de seguridad en lo que uno sabe, asumiendo una actitud mental pasiva que lo sitúa en desventaja estratégica. De modo que tenemos dos enemigos a la hora de comunicarnos: la arrogancia y el descuido. Hay que aclarar que no es lo mismo ser estricto, meticuloso, detallista, disciplinado, etc., que ser arrogante.

Finalmente, queremos advertir a lector sobre la "poesía" (que significa "proyección", es decir, puesta de sentido). Cuando encontramos un texto de oscuro significado, debemos suponer que la sabiduría del autor no alcanzaba a escribirlo de una manera más clara, y no le quedó más remedio que recurrir a una forma "poética" de escritura. No importa si el texto está escrito en prosa o alineado en versos. La forma no es importante, el contenido sí lo es. La alerta ha de ser permanente. El escritor "renacentista", o "dolcestilnovista", ese que no dota a su escrito de claves de liberación espiritual, es enemigo de la Sabiduría Hiperbórea. Si un virya escribe con la intención deliberada de oscurecer el mensaje se convierte en un "poeta", que es uno de los tipos de virya más útiles y serviles al Plan del Demiurgo. Recordemos que la escala moral del "bien" y el "mal" corresponden a una ética psicológica. La ética noológica se rige en base a la presencia o ausencia de sabiduría.

Se mire como se mire, siempre salta a la vista que la cultura es el arma estratégica del enemigo... aunque en ocasiones pueda ser temporal y parcialmente usada a nuestro favor. De modo que, si estamos de acuerdo en que toda expresión escrita difundida públicamente (sea en libro o en internet) tiene una función comunicativa, también estaremos de acuerdo en que oscurecer el mensaje no es estratégico, sino más bien perjudicial, al desorientar más aun al virya perdido. La clave de la comunicación consiste en encontrar un equilibrio que no se polarice en la arrogancia o en el descuido. Este desequilibrio se manifiesta intelectualmente cuando alguien denosta un texto o una disertación por el hecho de que no use las palabras exactas que usa Nimrod, cerrando los ojos a la sabiduría que pueda contener. Esto puede deberse a que el contexto no es propicio para usar los términos que se usan en los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea, ya sea por su elevado nivel, o porque estemos hablando a extranjeros, o usando una lengua extranjera, o porque el mensaje en cuestión proceda del pasado, tal vez codificado hace siglos o incluso milenios debido a su peligroso contenido. Tómese a Nimrod como un escritor equilibrado, que evita el descuido manteniendo un alto nivel lingüístico, al mismo tiempo que no cae ni una sola vez en la arrogancia. Esto se debe, obviamente, a que un Pontífice es un virya muy especial y escaso, un maestro autorizado por sí mismo y por los Dioses para ser un verdadero maestro de Sabiduría Hiperbórea. Que todos los viryas reflexionen acerca de cuál es el motivo por el que escriben o disertan públicamente, pues a todos se nos olvida constantemente que cuando no se tiene nada valioso que decir, más vale callar, como bien dice el proverbio sufí.

INICIACIÓN A LA PEDAGOGÍA NOOLÓGICA



Llegados a este punto, quisiéramos dar un toque de atención a los viryas que se encuentren en un puesto de responsabilidad social. La condición para que uno pueda orientar a otros es haber pasado por las mismas experiencias que aquél que está demandando con su conducta una respuesta a sus inquietudes. La relación que se establece es de maestro y alumno, pero esto solo puede ser fructífero cuando el que ejerce el rol de maestro es realmente sabio. Si el maestro es un profundo ignorante como sucede en muchos casos, las únicas respuestas que el alumno va a obtener son pautas dictadas por la Fraternidad Blanca, directrices procedentes de la ética psicológica. Si, por ejemplo, un sujeto acude a un psicólogo porque tiene grandes problemas, y ese psicólogo no solamente no ha pasado por ese problema, sino que además es posible que también lo tenga y no ha sido capaz de superarlo... ¿cómo va el psicólogo a ofrecer una respuesta que resuelva el problema? Ellos solamente se limitan a repetir lo que le ponía en un libro o lo que sus profesores cuando eran jóvenes les dijeron que tenían que hacer, pero no existe originalidad en su conducta. No piensan, sino que asocian conceptos de una manera pre-determinada. Esta es la manera de pensar de todos aquellos que se rigen por una ética psicológica, es decir, mediante la lógica y los sentimientos, los cuales ya están contemplados dentro del plan demiúrgico, por lo que no existe originalidad ninguna en sus pensamientos.

La pregunta clave cuando un virya se dedica a guiar a otros, es: la enseñanza que se está impartiendo... ¿para qué sirve? ¿Sirve para liberarse de la materia, o para perpetuar al Yo en la carne? La respuesta a esta pregunta es una enorme piedra en el zapato para todo aquél que tenga un puesto de responsabilidad en el ámbito del conocimiento, ya sea el que diseña los planes de estudio, sea un padre, sea un médico, sea un profesor de escuela, sea un científico, sea lo que sea. No existe posibilidad de huir cuando uno se encuentra confrontado ante la verdad desnuda: ¿A qué causa está sirviendo uno con sus actos? La mentalidad de las nuevas generaciones será moldeada por las decisiones que tomen sus mayores cuando estos sean aun pequeños, y esto les marcará el camino en una de las dos direcciones de cara a cuando crezca y tomen pleno control de sí mismos.

Por lo tanto, si uno pretende convertirse en maestro debe indefectiblemente pasar por la iniciación. Si uno no está iniciado, difícilmente podrá orientar a los que vienen después para que puedan iniciarse, pues carecerá de la experiencia necesaria para influir correctamente en sus alumnos. Si un colectivo de individuos se erigen en líderes y, amparándose en una mística, se centran en la preparación de los jóvenes en el marco de una estrategia psicosocial, el resultado será la transmutación colectiva de un pueblo entero.

Si tuviéramos que educar a la próxima generación, ¿cómo lo haríamos? Pese a la hostilidad que uno pueda encontrarse en su entorno, sea en forma de viryas perdidos o sea en forma de instituciones sinárquicas, el peor enemigo que se puede encontrar, obstaculizando el descubrimiento de la verdad, siempre será el propio sujeto anímico de cada uno. No importa la cantidad de golpes, físicos o emocionales, que te propinen. No importa la cantidad de papeleo y semi-esclavitud que te imponga el sistema capitalista-comunista-sionista. En última instancia, si el virya no aprende a levantarse a sí mismo desde su propia miseria, sea cual sea la circunstancia externa, siempre será vencido por la adversidad. Esto es el máximo conocimiento que puede ser traspasado a las futuras generaciones, pues una vez el virya asume su esclavitud espiritual ya no es necesario "educarlo"; él mismo se educará a sí mismo cambiando la consciencia racional por la consciencia gnóstica, siendo autosuficiente para su estrategia de liberación.

Este es el principio básico y final de toda enseñanza: la lucha solo concluye cuando uno se libera definitivamente. Cuando una sociedad vive en "paz" significa que ha cometido traición y ha olvidado el Origen. La lucha comienza desde que salimos del útero hasta que el cuerpo deja de funcionar, una y otra vez en las sucesivas re-encarnaciones. No reconocer esta inapelable verdad supondría difundir el engaño. No puede caber dudas a nadie que sea responsable de sí mismo acerca de la cruda realidad de la condición humana. La vida en el Universo Material es una esclavitud desde la cuna hasta la tumba, debiendo en todo momento luchar para liberar el Espíritu atrapado en la materia. Sin embargo cabe preguntarse, ¿"luchar" contra qué? ¿Cómo explicas a un joven contra qué o quién tiene que luchar? La respuesta es muy sencilla: no se trata de una lucha externa, sino más bien interna. Es una lucha contra la ignorancia, la ceguera a la realidad del mundo.

Todo lo que se explica en estos párrafos constituye la postura pro-pedagógica más radical que existe, pues se basa en el ensalzamiento de la absoluta individualidad, el reconocimiento firme de la esencia única de cada individuo. Por ello, no se puede pretender crear una pedagogía "económica", que permita ahorrar en tiempo y esfuerzo, un "one-size-fits-all" de la enseñanza, en la cual alumnos con motivaciones y necesidades distintas sigan un patrón que es demasiado rápido para unos y demasiado lento para otros. Aprobar la imposición de un método único sobre alumnos de diferentes características sería como mezclar productos químicos irreconciliables. Por supuesto, este es un planteamiento ajeno a todas las pedagogías promovidas oficialmente en España y otros países del mundo, totalmente ajeno a la apremiante necesidad de moldear a los estudiantes en aulas masificadas, forzándoles a pasar horas leyendo y escribiendo textos que no cumple otra función que programar neurolingüísticamente al sujeto. El colegio y el instituto está diseñado para que sea aburrido, con contenidos muy poco interesantes que los alumnos con actitud graciosa luciférica terminan siempre por aborrecer (que corresponderían en el sistema de castas de la India, catalogado en los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea como tipología Aberro, con los Kshatriyas o Guerreros). Sin embargo, no todos los alumnos son iguales. Hay otros que directamente rechazan toda enseñanza por no tener pureza sanguínea. Corresponde con la casta Sudra o Pasú, la casta servil, que hacen el trabajo de peón que hoy en día se sustituye mediante la tecnología. La Sinarquía los ha sustituido por las máquinas, ya no necesita a esta casta y tratará de deshacerse de ella. Los viryas perdidos de actitud lúdica, que corresponderían con la casta de los Vayshia o casta ciudadana, aceptan la enseñanza y la enfocan a los bienes materiales de la vida, el trabajar por el amor al dinero. Son los que se dedican a las profesiones particulares, como médicos, abogados, profesores, agricultores, etc. Por último, los viryas perdidos de actitud sacralizante usan estos conocimientos proporcionados por la Sinarquía para escalar en la jerarquía. Su casta corresponde con la de los Brahmanes de la India, la casta sacerdotal, desarrollando profesiones colectivas, como jueces, políticos, sacerdotes, etc. Por lo tanto, la guerra espiritual se basa en el conflicto entre lo guerrero y lo sacerdotal, es decir, el conflicto entre el Pacto de Sangre y el Pacto Cultural. Ahí está la diferencia entre gobernar el mundo con Honor o gobernar el mundo en la decadencia materialista.

La postura pedagógica "paternalista" (nótese la relación con la jerarquía sinárquica) parte de la concepción errónea de que el aprendizaje "viene de fuera". Esto supone doblegarse ante un conocimiento que brota desde "las alturas" creando la ilusión a los jóvenes de que ellos no pueden llegar a alcanzar dicho conocimiento debido a que no son lo suficientemente "listos" o lo suficientemente "valiosos" para ello. Los cambios de mentalidad nunca son gratuitos sino que obedecen a cuidadas estrategias. Si queremos que la juventud se haga consciente de que son ellos mismos los que han de "diseñar" a largo plazo su propio estilo de vivir y de pensar, su propia manera de comprender las cosas, su propio ritmo y su propia personalidad, entonces todos deberemos promover una responsabilidad puramente individual por parte de quién ansía conocer la verdad. Pero, hay que aclararlo, esta responsabilidad no significa "penalidades", "limitaciones", "castigos", "restricciones", sino más bien "organización", "respeto", "auto-estima" y "creatividad".

En nuestras sociedades actuales, adheridas al Pacto Cultural, se entiende el concepto de “responsabilidad” como la cualidad de aquél que es previsible y obedece a los dictados de la Sinarquía, de manera que le conceden un puesto de "responsabilidad" como peón servil al Gobierno Mundial. La verdadera responsabilidad se deriva del Honor. Es obvio que un virya sin Honor no va a cumplir su palabra, por lo cual es poco acertado confiar en alguien así, y solo puede dar como resultado la traición al Origen. Aquél que aprende a ser responsable de uno mismo podrá desarrollarse íntegramente en su particularidad, enriqueciéndose de la aceptación de sus carencias y dignificándose con la modestia en sus virtudes. Si un virya no es responsable de sí mismo nunca podrá convivir con los demás en armonía, pues tenderá a imponer su cerril visión del mundo sobre otros debido a que no le han enseñado que no se consigue nada subyugando las mentes, al modo de los métodos pedagógicos a partir de la época de las catedrales, promovidos por los druidas infiltrados en la Iglesia, sino cooperando, en un marco de respeto a las diferentes intenciones que pueda albergar un colectivo, de manera que en última instancia todos terminen por reconocer la convergencia en una única intención. Se trata, en resumidas cuentas, de la diferencia entre una ética noológica guerrera y una ética psicológica sacerdotal.

La pedagogía tradicional sinárquica ha pretendido hacernos creer que "dar peces" es el enfoque correcto de los problemas educativos. Este es el método de la falsa democracia, el pan y circo, que es "dar peces" hoy y dejarles que se apañen como puedan al día siguiente. Esta mentalidad está tan enquistada en el imaginario colectivo que cuando uno plantea que es mejor "enseñarles a pescar, aunque al principio cueste" las nuevas propuestas son denigradas y condenadas al silencio con amenazas o juicios por parte de la casta sacerdotal debido al miedo a perder el poder de dominar a las masas, pues viven parasitando al pueblo, ya que los sacerdotes no producen nada. Es por ello que los cambios en países como España, y otros países con una profundamente enraizada casta parasitaria, se producen con tan exacerbada lentitud, si es que acaso se producen.

De nuevo, retomando la pregunta, ¿"luchar", contra qué? Contra la ignorancia, que es aquella que no nos deja ver que nuestro enemigo no es el vecino, o el jefe, o el extranjero, sino nosotros mismos en nuestra ceguera emocional, dándole la espalda a la comprensión de nuestra propia situación. Si existiese una legión de viryas despiertos los cambios sociales se llevarían a cabo con una rapidez asombrosa, pues las fuerzas que tratan de desintegrar la unidad social serían expuestas a la luz pública. En comparación, estos sujetos que tratan de manipular a la sociedad a gran escala parecerán minúsculos al lado de la voluntad de los viryas carismáticos que no han sido "educados" (para ser unos buenos esclavos), sino que se educan a sí mismos, pues la sabiduría es el reduerdo interior del espíritu. Si se respetase el recuerdo ancestral particular de cada pueblo, el sistema pasaría a estar bajo esta mística ancestral, retornando al origen, y no bajo la opresión de la casta sacerdotal, que nos obliga a evolucionar hacia el futuro, donde se encuentra el caos de la civilización para su posterior reinicio en la siguiente civilización, que son los cuatro yugas o edades de la rueda del Samsara. Sin embargo, la Sinarquía se esfuerza por suprimir las raíces comunes de los pueblos "peligrosos", y es por eso que tratan por todos los medios de destruir a los nativos europeos con inmigración, propaganda materialista, democracia, quiebras financieras y leyes despóticas que terminarán por producir el inevitable estallido social.

La Sinarquía trata de oscurecer lo ocurrido en la época de nuestros antepasados. Si se destapase información concerniente al pasado, generarían una guerra para taparlo de nuevo. Dado que su objetivo es el Gobierno Mundial, nosotros deberemos ir en la dirección opuesta, avanzando hacia el Origen para recuperar la consciencia hasta el mismo punto de la caída espiritual. ¿Qué significa esto? La comprensión de los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea no consiste en leerles y quedarse quieto, a la expectativa de que "sucedan cosas". Comunicar estas verdades es una obligación pues ello provocará que la sangre de los antepasados emerja. Si un virya se auto-denomina "despierto", es su obligación noológica difundir la verdad, porque de ese modo, al re-descubrir el recuerdo increado, cada vez se gana más espacio propio en la consciencia del Demiurgo. Si el recuerdo espiritual es lo suficientemente grande, su incómoda presencia en el Universo Creado funcionará como un espejo que le dará a ver al Demiurgo todas sus miserias, provocándole un shock emocional para que despierte y deje de soñar. Es por eso que la Sinarquía persigue vorazmente el recuerdo del pasado, tapando compulsivamente todo resquicio por el que pueda advertirse la verdad espiritual.

¿Cuál es entonces la misión del virya despierto? Ser como setas venenosas que aparecen por todas partes, de manera que aunque arranquen una, florezcan 20 en su lugar, y para eliminarnos tengan que pasar por el mal trago de recordar el Signo del Origen. Es en la persecución de los sacerdotes cuando se nos brinda una oportunidad de liberación, habiendo ocurrido esto innumerables veces en la Historia, aunque siempre tergiversado por la Iglesia en su favor, haciéndose ellos las víctimas. Hay que sostener la verdad contra la mentira, aunque toda la sociedad se vuelque agresivamente en contra del individuo. Sostener la verdad es un acto incondicional, que no depende de las circunstancias externas y que tiene valor en sí mismo, siendo además la abnegación al ideal el carácter definitorio de la sangre pura independientemente del tiempo histórico que nos haya tocado vivir. Alguno tal vez alegue que en los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea nos indica que debemos "aguardar al Fin de la Historia", de forma pasiva. Ya hemos mencionado que no sabemos la cantidad de veces que la obra de Nimrod ha sido manipulada. El kairos surge cuando te enfrentas a los arquetipos, lo cual implica un movimiento, aunque este movimiento sea interior. Por lo tanto, si no provocas el kairos, ¿cómo te va a llegar la iniciación? No se puede resignar el arquetipo muerte si lo proyectas constantemente hacia el futuro. Es posible que justamente esa muerte iniciática deba ser provocada, pues un virya despierto nunca se rinde, nunca deja de luchar aunque tenga todas las de "perder" desde un punto de vista material. Al fin y al cabo, la Historia no es más que un proceso de creación y destrucción, en el que civilizaciones suben y bajan en un bucle cíclico. Es evidente que el Fin debe llegar con un cambio, bien con una destrucción, bien con una creación. Desde luego está claro que si la situación histórica siguiese tal y como está ahora el espíritu permanecería atrapado en la materia durante milenios. 

Como bien se expone en los siguientes vídeos, la causa de la inmovilidad de las naciones en dirección al Origen se debe a que toda acción "espiritual" ha sido fagocitada por la ética psicológica, tanto a nivel social como individual:




El sacerdote esperará a que los cambios lleguen hasta la Tierra desde de los Dioses, nunca al revés. El héroe, al contrario, hará que el cambio llegue desde la Tierra hasta los Dioses, empeñando su voluntad en una causa. Es el ejemplo de Parsifal, mito popularizado por Wagner. Sin embargo, hay que aclarar una cuestión imprescindible. El mensaje de los Dioses que fue percibido por Wagner, lo tradujo pasándolo de lo esotérico a lo exotérico, dándonos una interpretación (la ópera en conjunto) de cómo se manifiestan los arquetipos psicoideos para comprender a la serpiente y poder proceder a la vía de liberación del espíritu que cada uno esté transitando. Si bien es cierto que puede inspirar sentimientos elevados debido al profundo conocimiento de Wagner, la música como tal no tiene que ser un fin en sí mismo, un objeto de placer, sino, muy al contrario, ha de ser comprendido como una herramienta para revelar aspectos iniciáticos dentro de una estrategia psicosocial. Pretender separar su función mística social (como fue la influencia que tuvo en Hitler) de su contexto histórico inmediato y además pretender ensalzar el "deleite que produce semejante pieza artística" se acerca peligrosamente a la adoración del objeto, es decir, de la obra. La manera respetuosa y sabia de comprender una obra, tal como la de Wagner, consiste, como muy bien se apunta en los vídeos, en no separarla de la propia vida de su autor. De modo que la comprensión gnóstica de una obra no pasa por su contemplación, sino que conlleva su aglutinación y superación. Alabar una obra y no intentar superarla, o al menos imitarla, termina produciendo una ética inmovilista, en la que se observa el pasado como una época dorada a la que ya no se puede retornar. Todo ente con el poder de incitar un proceso iniciático ha de ser considerado de la misma manera que la escalera que nos permite escalar la tapia. Una vez arriba, patada y adiós muy buenas. El siguiente que venga deberá enderezar la escalera en la dirección que pretenda escalar, es decir, esa escalada ha de ser propiciada por uno mismo, creada desde cero por uno mismo bajo la inspiración de los que antes fueron capaces de lograrlo. En el caso de las tan ansiadas "experiencias", esas de las que tanto se habla entre los supuestos "iniciados", ha de quedar claro de una vez por todas que tales experiencias gnósticas no son momentos en los que el virya ya queda libre de responsabilidad, como si se hubiese subido a un tren y solo tuviera que ser llevado cómodamente por una fuerza superior. Esta mentalidad es justamente la que evita que estas experiencias sucedan, pues el paráklito no "hace las cosas por nosotros", sino que nos proporciona un aporte de fuerza divina para que por nosotros mismos seamos capaces de lograr nuestros objetivos. Este es el camino de los héroes, el camino de los guerreros sabios.

Como ya expusimos en el capítulo 3, Ciencia, los viryas tienen un serio problema con su propia percepción del mundo y de sí mismos. Hay quienes se pueden llegar a sentir fuertes y seguros en su posición mundana, pero esto no es más que mera ilusión, y no nos cansaremos nunca de repetirlo. Cuando un virya se asienta profundamente en el Sí Mismo es muy difícil que después salga de ahí, pues la comodidad en su "red de seguridad", en su "área de comfort" no le permitirá cometer una "locura" desde el punto de vista material, aburguesándose y propagando la pasividad a todos los que le escuchan. Cuando uno obtiene una sabiduría de algún lugar o de alguien en concreto, es su deber honrar esa sabiduría y tratar de que llegue al mayor número de viryas que estén preparados para ello, en la medida de lo posible y con discreción, por supuesto. En la confusión entre el Sí Mismo de Carl Jung y el Yo Mismo de Nimrod existe un gran peligro por el abismo noológico que separa ambos conceptos. ¿Para qué se habla a los demás? ¿Para que ellos adquieran más sabiduría, o para la admiración y lucro del sujeto propio? Si tú mueves a los demás se supone que lo estás haciendo con Honor, fundamentándote en una estrategia psicosocial. Si quieres crear un movimiento, lidéralo, de manera que los que acudan a ti sean los únicos que reciban ese conocimiento que vienen demandando. Aprovecharse de la espiritualidad es una característica del sacerdote afincado en lo lúdico, pues se ha asentado en la comodidad material que proprorciona el sacerdocio, viviendo de los demás.

Hay que tomar control absoluto del sujeto anímico. Sin pasar por la muerte iniciática, nadie puede llamarse estrictamente iniciado y la cultura que propague tendrá un alto porcentaje de suciedad. El guerrero desprecia la comodidad y solo vive para luchar.

En este capítulo se han expuesto una serie de cuestiones en lo referido a la comunicación. En el siguiente se expondrán una serie de errores comunes con el fin de encontrar un equilibrio axiológico neutral que depure al máximo la presencia contaminante de la cultura.

Si alguien desea profundizar en el concepto de "Mayéutica" recomendamos seguir este enlace:

Un ejemplo de la Mayéutica:

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