Translate

10. Honor


HONOR:  LA HISTORIA MÁS GRANDE JAMÁS CONTADA



En el capítulo anterior hemos tratado la muerte iniciática. La superación del arquetipo muerte conlleva comprender el misterio de A-mort, el verdadero amor más allá de la muerte, como vimos en el capítulo 8, A-mort. En el capítulo 7, Emociones, ya hemos tratado la diferencia entre la dualidad emocional del afecto y el odio en el tiempo trascendente, y la hostilidad esencial desde el presente comprensivo hacia todo lo ilusorio, para no volver a ser engañado por los arquetipos psicoideos del alma racional/emocional. Todos los capítulos expuestos hasta ahora van enfocados a la comprensión del Honor, o lealtad al Pacto de Sangre del Origen. El lector, tras haber leído linealmente los anteriores capítulos, y sosteniendo con su predisposición gnóstica los conceptos básicos que hemos expuesto, será ahora capaz de fundamentar el misterio de A-mort. Mediante esta comprensión, la cual proviene de su interior (el murmuro de la sangre espiritual), el virya puede dotarse de un eje vertical, firme como un menhir, en torno al cual desplegar una ética noológica.

El Honor está presente en el virya de tipo gracioso luciférico como un don inconsciente. Su comportamiento en el mundo no se rige por la razón, sino por un inefable fuego frío que arde en su interior. Aquellos que no han nacido con este don tendrán que aislar el Yo para recordar y rescatar la gracia luciférica que han olvidado. Entonces el virya, en su proceso de purificación, comprenderá la etimología de la palabra "humano": nacido del suelo, de la tierra, un "hombre de barro", que polvo es y al polvo retornará.

Si recuerda el lector lo expuesto en el capítulo 2, Historia, será consciente del intencional ocultamiento de su pasado. La pregunta clave es: ¿cuándo comienza la Historia? Como apuntamos al final del capítulo 4, Raza, solamente se puede hablar de Historia a partir de mediados del siglo XIX. Sin embargo, si por Historia entendemos el comienzo de los registros escritos, cuyas afirmaciones son absolutamente inverificables, dependiendo de la versión aportada por tal o cual sacerdote para reconstruir el pasado, entonces la Historia europea tendría solamente un milenio. Basándose en los relatos legados en forma de libro, Fomenko y otros autores han situado la vida de Jesús en el siglo XII después del ficticio "año cero". Cabe preguntarse... ¿cómo se consigue que todo un continente cambie de golpe el año en el que viven? ¿Cómo se contaban los años "antes de Jesús", al revés? Evidentemente no contaban al revés; tenían su propio calendario, que sería prohibido y perseguido por los ejércitos templarios. Si consideramos que Jesús no fue un humilde carpintero hebreo, sino que fue un emperador de Bizancio, es fácil comprender entonces que su persecución y muerte propició un enfrentamiento entre facciones que dio lugar a la legendaria "guerra de Troya" (en Constantinopla, capital del Imperio Bizantino, o Imperio Romano de Oriente). Ello provocaría las Cruzadas con el objetivo de saquear Jerusalén, siendo lo más importante la obtención de las Tablas de la Ley. Este es un orden lógico de los acontecimientos. ¿Acaso tiene sentido esperar un milenio para vengar la muerte de Jesús y recuperar la "tierra sagrada"? Todas las guerras atribuidas a la "antigua Grecia" y la "antigua Roma" no son más que "fantasmas históricos" de las batallas que se dieron en el Mediterráneo entre los pueblos del Pacto de Sangre y los pueblos del Pacto Cultural. Toda la HO anterior al siglo XII es directamente falsa, nada más que literatura de fantasía promovida desde las catedrales. Los "apostólicos", los partidarios de difundir el panfleto revolucionario llamado "Biblia", escrita por hebreos, han deformado intencionalmente el original significado de Iglesia, que es "comunidad", para convertirlo en una institución financiera con sede en las catedrales benedictinas y sus filiales provincianas, siendo estas últimas llamadas "iglesias", desde donde emanaba la HO y las nuevas costumbres religiosas impuestas mediante la violencia. Sin embargo, no solo el catolicismo fue judaizado. Todas las religiones, el Islam, el Hinduismo, el Budismo... todo ha sido subvertido en favor del Pacto Cultural, aunque aun conserven un mínimo de memoria sanguínea. Nótese que son los pueblos del Pacto Cultural los que se afanan en registrar la Historia con intención de dotarse de un pasado mítico con el que justificar la opresión sobre las naciones. En cambio, los pueblos del Pacto de Sangre no necesitan engañar a sus sociedades mediante la adoctrinación en las catedrales (o su versión moderna: la universidad), sino que disponían de centros iniciáticos, con una casta sacerdotal al servicio de la casta guerrera, y no al revés, como sucede en la actualidad.

Aunque se consiguió desbaratar los planes de la Sinarquía para la concreción del Gobierno Mundial en el siglo XIV, la influencia del judeo-cristianismo se extendió por Europa. El principal efecto de esta invasión cultural es la subversión del valor atribuido a la muerte. Antes de la llegada del arquetipo Jesús, los muertos no se enterraban, sino que se quemaban. Los pueblos del Pacto de Sangre sabían que, una vez muerto el cuerpo físico, lo único que queda en este plano es un conjunto de huesos, músculos y vísceras, que se descompone a gran velocidad. Por ello optaban por la opción más económica, rápida, saludable y respetuosa de lidiar con la situación: hacían una ceremonia en la que quemaban el cadáver en una hoguera. Los pueblos del Pacto Cultural, en cambio, han interiorizado el hábito de lamentarse (siendo representativo el famoso Muro de las Lamentaciones en Jerusalén) debido al sufrimiento que les produce el apego a la materia. Este hábito fue inculcado por los Atlantes Morenos, para aprovechar la energía emocional en sus rituales mágicos de la cábala numeral, que es la que tienen desde la caída de la Atlántida, y la cábala acústica, que fue el tesoro enterrado por el rey Salomón, cuya posesión fue la causa de las Cruzadas. En el siglo XIV fracasaron a manos del rey hiperbóreo Felipe IV de Francia, pero ahora intentarán concretar el Gobierno Mundial 7 siglos más tarde, siguiendo los ciclos de la cábala hebrea. Un Shemittah se produce cada 7 años, siendo el ciclo de 49 años un Gran Shemittah. Las crisis van de 7 en 7: 2015, 2008, 2001, 1994... Curiosamente, si se resta 49, un Gran Shemittah, se llega a 1967, la Guerra de los Seis Días. Si se resta otro Gran Shemittah, se llega hasta 1918, con el Tratado de Versalles. Si se le resta otro Gran Shemittah, se llegaría a 1869, la crisis del Viernes Negro. Los Grandes Shemittah marcan años de gran significado simbólico para el Pueblo Elegido, siendo por lo general años de cosecha, aunque no tiene por qué ser solamente de carácter económico. Utilizando estos patrones, el lector será capaz de comprender el desarrollo de la Historia, que es guiada en base a la cábala hebrea.

La aparición de las tumbas marcaría el comienzo de la decadencia, el final del Kaly Yuga. Los sacerdotes han conseguido que la población viva en constante temor a la muerte, que no acepte la muerte como un hecho, que estén tan apegados a la vida que traten a un cadáver descompuesto como si todavía fuese su "ser amado", y lo embalsamen para intentar conservarlo. Con estos rituales de tragedia, de dolor, los sacerdotes han conseguido dirigir la mirada espiritual hacia fuera, en lugar de hacia dentro, donde está la verdad. La atención hacia uno mismo está revertida debido a la constante propaganda que la casta sacerdotal hace de sus ídolos e iconos. La cruz es un recordatorio de la muerte, pero no entendida como liberación, sino como condena, porque te "quita la vida". La muerte es inevitable, por la idolatría de la cruz pretende hacer interiorizar al sujeto que está totalmente atado a la rueda de re-encarnaciones, al Samsara, el ciclo de muerte en el mundo. Así fue cómo los sacerdotes anularon la espiritualidad de Europa: desplazaron la trascendencia del espíritu sobre el cuerpo físico, prometiendo una "resurrección de los muertos" al final de los tiempos, que sería algo así como un "Apocalipsis Zombi".

Esta doctrina de la inmortalidad es promovida por la parte judaizada de las religiones mundiales del Pacto Cultural. Lo que los sacerdotes ocultan aviesamente es que esa es solamente la parte heredada del animal, es decir, la parte anímica o pasú. El virya, para despertar la parte divina, necesita despojarse de la parte animal. Una vez el alma está vacía y el Yo aislado, se activa la anamnesia. El virya, en sus sucesivas experiencias de anamnesia, va resignando los arquetipos psicoideos de la superestructura cultural, resolviendo la voluntad hasta su totalidad, alcanzando el Yo mismo. Aunque el virya haya comenzado su proceso de purificación sanguínea, ha de ser consciente de que todavía está sujeto por el alma. Por lo tanto, lo que nace del suelo es el ente, es lo humano, y, aunque la consciencia se expanda en el infinito, sigue siendo solamente un sujeto consciente. Solamente cuando se aisla el Yo se detenta una individualidad propia, a partir de la cual puede obrarse de manera justa, con Honor. El hecho de que los viryas no tienen el Yo aislado es el motivo por el que se mienten a sí mismos y por el que siempre existe la traición.

Respecto a la personalidad del sujeto anímico, diremos que lo patriarcal y monoteísta es transmitido emocionalmente a través del padre. Lo matriarcal y feminista es transmitido emocionalmente a través de la madre. Cuando se produce un desequilibrio en la crianza, el hijo, si no despierta, acabará fagocitado por uno o por los dos polos. La personalidad del vástago es creada desde el exterior, en primera instancia por parte de los padres y en segunda instancia por parte del paradigma de su entorno. Todo lo heredado es el karma y dharma, de lo cual uno solo puede librarse aislando el Yo. Los hijos del Sol Dorado, su padre, y de la Luna, su madre, son mortales. Viven y mueren en la Tierra por el calor que reciben de su amo, Jehová Satanás. El Sol Dorado que podemos ver y sentir no es real, sino que los fotones del Sol arquetípico o Logos Solar son filtrados por Chang Shambalá, que está entre la Tierra y el Sol, ofreciéndonos el aspecto habitual del Sol como lo conocemos. Si vamos más allá de Chang Shambalá y el Logos Solar, experimentaremos el Sol Negro. Pero no ha de percibirse como una distancia física, el cuerpo físico no interviene en este viaje, se trata de un movimiento noológico, espiritual.

Retomando el esquema que propusimos en el capítulo 1, Introducción, podríamos decir que la caja verde es el mundo físico en el que solo se ven los efectos de los arquetipos. En la caja roja, el virya comienza a intuir la existencia de los arquetipos. En la caja azul, puedes ver los arquetipos, estando en el Yo infinito, sujeto al Logos Solar. Más allá del Logos Solar comienza el recinto negro, el Sol Negro, fuera de la superestructura cultural arquetípica. Más allá de la negrura infinita está el Yo mismo, el verdadero Selbst, el Graal o sangre de los Dioses, el Rayo Verde, la liberación del espíritu. 

Así que, todos aquellos que se instalan en el templo del Yod hebreo son independientes respecto del tiempo trascendente pero siguen sujetos a la estructura arquetípica del Universo material. Los que no van más allá del Sí mismo del alma, y desarrollan el Yo infinito hacia la consecución de la entelequia, aunque se les confiera como recompensa la autonomía óntica o inmortalidad en el plano de significación que se encuentre, están siguiendo el plan evolutivo. Si realmente se tiene Honor y la intención es la de liberar el espíritu, de lo que se trata es de crear un camino propio siguiendo una de las 7+1 vías de liberación del Pacto de Sangre. Para ello, hay que salir de la dinámica de la búsqueda-opción-elección. Cuando uno aisla el Yo, deja de escoger entre las opciones que se le van ofreciendo, sino que tiene la voluntad para salir del dominio que se le ha impuesto. Si uno no sale de una situación en la que se está en desventaja estratégica, se debe a que todavía no tiene la voluntad suficiente como para salir de ella. Al pasar por una muerte consciente, el iniciado tiene la voluntad necesaria para tomar el control desde el Cordón Dorado, desligándose temporalmente del Cordón de Plata, que lo liga al alma.

Como el lector pudo comprobar en el capítulo 6, Mentiras, en esta sociedad en la que vivimos el Honor ha sido demonizado, deformado, y vilipendiado por la propaganda de la Sinarquía, con el objetivo de que la población no sepa lo que es el Honor y, por lo tanto, carezca de los valores que se derivarían de ello. Los viryas con Honor en esta época oscura han de pasar por la Nigredo (tocar fondo, hundirse en la oscuridad, rescatando el Yo para aislarlo), el Albedo (purificación sanguínea desde el Yo aislado, arribando a la claridad del espíritu) y el Rubedo (resurgir con furia como el ave Fénix para abandonar este Universo de locura). Esto es una lucha individual que tiene como principio, como medio y como fin el tantra iniciático del espíritu guerrero, que se manifestó en la Historia en el nacionalsocialismo alemán. Por eso la bandera alemana, la verdadera, se compone del negro de la esvástica, el blanco de la esfera Ehre, y el rojo del furor espiritual que proviene de la memoria de sangre.

Para terminar, le haremos recordar al lector qué es el Honor. El Honor es no mentirse jamás a uno mismo. El Honor es luchar hasta la muerte por la justicia y la verdad. El Honor es mantenerte firme bajo la tormenta de fuego. El Honor es permanecer fiel a tu líder carismático y a tu pueblo hasta las últimas consecuencias. El Honor es estar dispuesto a trabajar incansablemente y llevar encima la más pesada de las cargas. El Honor es lanzar a la ilusión una guerra total, un ataque más total y radical de lo que nadie pueda llegar a imaginar. El Honor es ser absolutamente original, teniendo la inocencia de un niño, el idealismo de un joven, la fuerza de un adulto y la sabiduría de un anciano. El Honor es plantarse delante del miedo y, cuando nos conmine a movernos, decirle: "no, tú te mueves". El Honor es no tener miedo a nada ni a nadie y no rendirse jamás. El Honor es nuestra bandera, y nuestra bandera es más grande que la muerte. En el capítulo 7, Emociones, ya expusimos la diferencia entre el hombre y el mono. Para que todos puedan comprender lo que es el Honor, a continuación les presentamos la estratégicamente decisiva irrupción en la Historia de un pueblo de hombres puros, protagonizada por un líder carismático que luchó hasta conseguir llevar a su pueblo de retorno al Origen. Accedan al siguiente enlace para experimentar la reconstrucción de la Historia en base al Honor: 






A continuación ofrecemos una versión personal de la canción de un conocido grupo musical. No se trata de una traducción, sino de una adaptación individual de los sentimientos guerreros que suscita. Morir con Honor es el acto que en última instancia define al sabio gnóstico. Uno nunca puede elegir cómo nacer, pero afortunadamente sí puede escoger cómo morir, y es de hecho uno de los momentos más importante de la vida, incluso tal vez el más importante.




MORIR CON HONOR

Si al terminar la batalla solo queda mi cuerpo
Decidle a mi hijo que preferí morir antes que ceder

Mi vida pronto será solamente un recuerdo
Pero vosotros aun teneis mucho por hacer

Debeis seguir luchando siempre, con gallardía
Recordadme como aquél que nunca se arrodillaría

Si no podeis verme, pues creeis que estoy muerto
Sentid con la sangre, olvidad el pensamiento

Mirad al Origen, yo iré a vuestro encuentro
Junto a vosotros, leal, en todo momento

Acudid al combate, golpead con saña
No temais al futuro, no existe el mañana

Armado con mi espada, forjada en el fuego frío
Allí estaré, en el fragor de la batalla

En los tiempos oscuros, somos perseguidos por la canalla
Están llenos de odio, dominados por el miedo

Pero nosotros no caemos en la ilusión de Maya
Y permanecemos firmes, fríos como el hielo

Cuestionamos sus dogmas, despreciamos su clero
Ellos se horrorizan, y ruegan al cielo

Para ellos somos malditos: no tememos a la muerte
No pueden evitar que riamos alegremente

Enfrentarse al abismo negro, ese es mi camino
Y soy fiel a mi camino pues yo mismo lo he elegido

Hemos vaciado nuestros corazones de miedo
Ahora están fríos, de Honor y Valor llenos

El Espíritu ha despertado, hemos recordado, es hora de partir
Luchando con mis camaradas, espalda con espalda, así voy a morir

Mis ojos son mi sangre, puedo ver la eternidad
Transmutaré con Honor en la Batalla Final.